En la pradera ella nació, 
el jefe indio la llamó Chenoa.
La madre no se imaginó 
que ella un día iba a ser
el alma de los Cheyenes.

Ella siempre lo soñó, imaginó 
defender su pueblo con rabia y con honor. 
Pero era una mujer y no era de su menester,
no la podían comprender.

Chenoa, vuelve otra vez a soñar,
Chenoa, algún día logrará su sueño. 
Chenoa, rayo de felicidad,
algún día crecerás.

Chenoa, vuelve otra vez a soñar,
Chenoa, algún día logrará su sueño.
Chenoa, rayo de felicidad,
algún día crecerás, todos te respetarán.

Ya eres toda una mujer
y tu sueño, la creencia del poder. 
Hoy tu pueblo en guerra está y te defenderás
y al poblado ayudarás.

Han caído más de cien, 
vienen a saquear tu pueblo, Cheyene. 
Son comanches sin piedad que te querrán matar,
ahora es tu oportunidad.

Chenoa, vuelve otra vez a soñar,
Chenoa, algún día logrará su sueño. 
Chenoa, rayo de felicidad,
algún día crecerás.

Chenoa, vuelve otra vez a soñar,
Chenoa, algún día logrará su sueño. 
Chenoa rayo de felicidad,
algún día crecerás y todos te respetarán.

Chenoa, vuelve a soñar,
Chenoa, algún día logrará su sueño. 
Chenoa, rayo de felicidad

Chenoa, vuelve a soñar,
Chenoa, algún día logrará su sueño. 
Chenoa rayo de felicidad,
Chenoa.